Nuestra partida
Fue entonces que decidí partir. Suspiré, tomé un pedazo de noche, junté mis lágrimas desparramadas por el jardín, dejando las personas de mis cuentos, las ilusiones escritas en mi niñez. Quedó mi campo, las hojas, los árboles, el viento… Va quedando atrás esa realidad que aún llevo en mi mente hecha sueño. Va creciendo de a poco el camino tendido trás de mí, puente que me va alejando ya…
Palabras mudas, gestos vacíos, no creen. Cárceles para mi Yo. Sus corazones ensordecidos no escuchan mi voz, mi risallanto. No quieren.
La televisión chirriante se desliza por debajo de mi puerta, invade mi diálogo. Palabras duras, palabras de error, palabras de orgullo; palabras que nos hicieron bestias, vencieron nuestra paz.
Por eso soy nadie allá. Soy nadie entre nosotros. Un nadie que se lleva el peso de un amor propio dolido.
La noche tinta mi alma sonámbula de negro, y el camino no es más camino sino un pedazo de espacio que me traga poco a poco a otro tiempo.
Por debajo de la puerta, del aparato, voces turban mi charla, casi dormida.
Hombres somos todos, palabras inconscientes que logran trepar y saltar a herir…
Hombres somos todos: la loca Ira nos enreda, no perdonamos.
Hombres ignorados, sin nombre, huímos. Huímos una noche. Abrimos una puerta, un pedazo de noche y decidimos partir…
Del cuaderno “cosas que se me ocurren”
Fechado abril de 1976
Estimada, hermoso, profundo, lo leeido, por la fecha supongo que pasó hace muchos años, sería interesante leer algo de su vida actual.
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