viernes, 31 de octubre de 2014

Ya no importa el después...

    Faltan pocas horas, las voy contando, se va achicando el espacio. Ya casi estamos, son diez años. Si. han pasado diez años.  Larga y profunda noche. Te tomé de la mano y nunca te la solté. Te lo había prometido. Te acompañé por los caminos de los sueños, siempre al lado. Desde mi sillón veía la luz siempre encendida de tu ventanita. Ahí estabas y yo  podía cuidarte. Podía impedir que te fueras. Desde allí, desde mi pequeñez humana, con mi fe me volvía tan grande y poderosa como liviana e inasible que ya no tenía cuerpo y entonces pude sentir tu espíritu con el mío volar a través de la ventana esa mañana de tormenta. Un fuerte viento hizo temblar el edificio, los pájaros volaron asustados, el cielo se oscureció y los relojes se detuvieron. Anduvimos tan libres como nunca por los paisajes luminosos del amor y como decían nuestros poetas: "nos elevamos ala con ala, sueño con sueño para dejar esta tierra debajo nuestro perdiéndonos en la lejanía". 
  Ya no importa el después porque "antes de rendirnos  fuimos eternos".
  Ya no importa el después... ya no importa... ya no...


   Y quizás tenías razón cuando en los últimos minutos de mi agonía, con la mirada y el cuerpo de hielo me dijiste:"Ya todo es Historia"...

    Si. Ya todo es Historia.
   
   
        
        

sábado, 4 de octubre de 2014

                                               Hoy vuelvo.


    Han pasado casi tres años desde que escribí mis últimas palabras en este espacio.  Mi Blog. Mi Espacio Nuevo. Nuevo para mí, antes. Ahora no. Tantas cosas han pasado. Conocer estos lugares me hizo feliz entonces: eran  juegos compartidos,  experiencia,  aprendizaje doméstico de lo virtual, con el entusiasmo, la ingenuidad y la pura transparencia de quien ama profundamente.
    Luego, de pronto, sin que me diera cuenta, como un tsunami, esos mismos espacios  se convirtieron en garras extrañas que me arrancaron parte de la vida. Muchos años, no importa cuantos, importa el dolor. No hay medición para  la cotidianeidad del amor, ni para el dolor. No hay palabras que puedan contarlo. Ni la poesía. No es suficiente. No hay música que pinte los sentimientos más profundos que brotan del desamor. Todo lo que dicen los poetas es ficción.  La realidad es más fuerte. A los pasillos de la tristeza  por los que caminan los amantes sin sus fueros solo llegan  los muertos por amor y los ángeles.
     Sin embargo así como después de las tormentas que se llevaron todo sin piedad, un día escampa. Así también acá, algún día escampará. Como dice  Silvio: "Si me dijeran pide un deseo preferiría un Rabo de Nube, un torbellino en el suelo y una gran ira que sube, un barredor de tristezas un aguacero en venganza que cuando escampe parezca nuestra esperanza. Si me dijeran pide un deseo preferiría un rabo de nube  que se llevara lo feo y nos dejara el querube, un barredor de tristezas un aguacero en venganza que cuando escampe parezca nuestra esperanza".
     Así será, que finalmente escampe.  Y el final de la tormenta  será poder volver a este espacio y a otros donde fui feliz y continuar  con mis bártulos a cuestas caminando por la vida. Poder escuchar el canto de los pájaros cada mañana y ver el cielo en la ventana y los árboles al fondo moviéndose con el  viento; seguir buscando la tibieza del sol en las siestas de invierno  en mi silla de camping...con esa taza de té u otra, la mía. Seguir a  la luna llena paseando por el jardín...Jugar en el teatro de sombras.....Esperar el minuto exacto en el  que el turquesa y el fucsia  se crucen fugaces en este cielo  cada atardecer, y finalmente que el sol se esconda tras La Lomita. Y...no necesitar  más que estar viva. 
   Hoy vuelvo y te perdono Espacio Nuevo. Virtual. Sé que no mensuraste  que con tu libertad abrías todas las ventanas hacia lo atrapantemente desconocido. Hacia donde se nos ofrece La Felicidad misma.  Y ojalá que así sea. Hoy te perdono y no te guardo rencor. Espacio Nuevo. Ahora  no tan nuevo para mí: He recorrido ya las callejuelas por donde navegan tus caminantes, errantes... y he sufrido  el humano desencanto. Y entonces Espacio Virtual,  quise gritarte sin tener voz reclamándote el por qué… reclamándote cómo…reclamándote por qué así… 
    Y por fin te he comprendido sin juzgarte y tengo Paz. Espacio Mío.  La vida es así. Es a veces dejar que las cosas sucedan...
    Hoy amaneció lluvioso, gris, como aquellos días en los que me acurrucaba a leer y a tomar café. Ahora quizás ya no tomo café. Pero sigo acá. A mi lado su fotito me acompaña: La de esa nenita que encontré aquel domingo en La Lomita: la de "esa nenita de ojitos caprichosos que me clavaron la mirada, y parecían interrogarme ... cuestionándome algo, que yo no entendía. Estaba sentadita en las piedras, con una remerita a rayas grandes, rojas, azules y blancas, un pantaloncito vaquero arremangado-como el que usa mi nieta- y unos zapatitos con tiritas, marrones, bastante gastados, raros, como con suela de goma. Tenía flequillito, una vinchita roja en el pelo y parecía que hubiera estado jugando por allí hasta recién y que así nomás, porque sí, se hubiera detenido a mirarme...". Sí. Esa nenita. Ese Domingo.  El día que encontré el cuaderno...  
   Cuando escampe estaremos juntas.
                                Gracias…